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Casa Amadeo – Los Caracoles

21 May
Retomamos la senda de lugares castizos y con encanto. En la Plaza del Cascorro, en pleno rastro madrileño se haya Casa Amadeo – Los Caracoles, un clásico, fundada en el año 1942, del tapeo madrileño y de los días de rastro. Como bien recoge su nombre Casa Amadeo – Los Caracoles, tiene dos atractivos que son sus señas de identidad: el señor Amadeo y sus caracoles.

Al frente del negocio está el octogenario Amadeo, un tabernero de los que ya no quedan. La presencia y el control de Amadeo sobre todos los que están y todo lo que ocurre en su casa es algo digno de ver. Atento en todo momento, ofreciéndote comida cual abuela a su nieto preferido, acercándote más pan y alentándote a mojarlo en la salsa… o recitándome un tanguillo de hace décadas cuando se enteró que servidor era de Cádiz. Sólo por ver a Amadeo en acción merece la pena hacer una parada.
Amadeo, un auténtico crack…
La segunda parte del nombre: Los Caracoles o lo que en mi tierra llamamos cabrillas (que ya me echaron la bronca desde allí, por no llamarlos correctamente). Como digo a este tipo de caracol en el sur se le conoce como cabrillas; los caracoles son otra especia más pequeña y de concha más fina. Lo que no tiene nada que ver con el sur, yo no lo había visto nunca, es la forma que tienen de prepararlos y es que Amadeo cocina sus caracoles en un gran perol juntos con chorizos, tocino, codillos… y el resultado son unos caracoles bastante buenos y un caldo tipo cocido en el que Amadeo te obligará a mojar pan hasta acabarlo. Una forma bastante curiosa de preparar estos  moluscos.
Caracoles o cabrillas…
Después de los caracoles también tomamos una ración de bacalo frito con pimientos rojos. El bacalao bien rebozado, bien frito y sabroso. El pimiento rojo asado, con un agradable dulzor, y la mezcla de ambas muy, muy rica. Todo ello regado con cerveza que te la sirven en jarritas de tercio, bien tiradas y muy fresquita. Es muy famosa también su casquería zarajos, callos u oreja, pero eso tendrá que ser otro día.

He leído en diferentes foros y webs muchas quejas con los precios del sitio, a mí no me parecieron especialmente excesivos, pero dicho queda. En cualquier caso, nuestra recomendación es que aproveches un domingo de rastro para tomarte una cervecita y disfrutar de un sitio tan peculiar.

Bon appétit!


(Imagen de: http://caminandopormadrid.blogspot.com)

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Restaurante Portomarín

29 Abr

Muy cerquita de la plaza de Lavapiés uno de los barrios más étnico y multicultural de Madrid se encuentra el Restaurante Portomarín, exactamente en la calle Valencia número 4.

Es un mesón/ restaurante gallego, el local es bastante grande y la decoración no es nada del otro mundo con una barra grande de forma rectangular ocupando gran parte del local, mesas de madera alrededor de la misma y otro salón interior para el restaurante. El aspecto es el de cualquier «mesón común» que podemos encontrar en cualquier ciudad o pueblo de nuestra geografía, nada selecto ni refinado.

El fin de semana suele estar bastante concurrido con la barra y mesas llena de gente tomando el aperitivo y degustando las tapas y raciones, al ser tan grande y haber tanta gente el bullicio era considerable, ¡auténtico ambiente de tapeo!

Restaurante Portomarin

En su carta y tapas ofrecen gran cantidad de productos y platos gallegos: pulpo, pimientos de padrón, pescados, mariscos, carnes… aún no he comido en el restaurante pues las veces que he ido me he quedado en la barra y de hecho mi recomendación en este caso va a ser muy breve, precisa y concisa… ¡la empanada!

Así, la empanada de Portomarín es un must si andas por la zona, porque está riquísima tanto la de bonito como la de carne (echo de menos una de pulpo, no sé si no la hacen o que no la tenían cuando fui). De tamaño más que considerable, una masa fina, sabrosa y en su punto, con un relleno muy jugoso de verduritas acompañando al bonito, y verduras y chorizo a la de carne. Ambas muy recomendables.

Por supuesto para beber vino, en mi caso fue un Ribeiro servido en el cuenco tradicional.

Empanada y Ribeiro…

Los precios son muy interesantes al menos para el tapeo, la porción de empanada y dos bebidas eran unos cuatro euros y por lo que he investigado los precios del restaurante también son muy interesantes. Tanto para tapear como para comer Portomarín puede ser una opción a evaluar… en cualquier caso la empanada desde Tapamecum recomendamos su deliciosa empanada.

Bon appétit!

Freiduria Gallinejas

22 Abr
Hoy vamos a hablar de un sitio típico, auténtico y castizo como pocos, la Freiduría de Gallinejas  en la calle de Embajadores.
 
Siendo de Cádiz el tema freiduría lo tengo bastante controlado, ese pescaito frito gaditano, sus choquitos, cazón en adobo, las tortillitas de camarones…  ¡pero no! en esta freiduría ¡no hay pescado! y entonces, ¿qué se come? Pues una de las cosas más típicas de la gastronomía madrileña…. la casquería.

 

Calle de Embajadores, 84
Así pues, hablamos de un sitio que se llama freiduría, que la decoración, azulejos y mesas podría recordarnos a cualquier típica freiduría gaditana, pero donde no hay rastro de olor a pescado o a adobo. Como hemos mencionado aquí se viene a comer casquería: gallinejas, entresijos, mollejas, zarajos… La carta es reducida y específica, como pienso que debe ser.
 
Debido a mi desconocimiento en estos menesteres antes de saber que pedir sometí al señor a casi un tercer grado, preguntando que era cada cosa y como se pedía. La gente suele comerlo por raciones o en bocadillos, en nuestro caso nos recomendó pedir uno de cada cosa para probarlos. Nos decidimos por lo más típico: las gallinejas y los entresijos.


Entresijos, gallinejas y Mahou fresquita
Llegado a este punto, a los aprensivos o de estómagos delicados les aconsejo saltarse el siguiente párrafo.
¿Qué son las gallinejas y entresijos? Pues son parte de las tripas o despojos del cordero que se fríen en su misma grasa, por lo que no hablamos de un plato de lo más ligth y saludable que puedas encontrar. Las nuestras estaban deliciosas, muy bien fritas y de un sabor sublime.

 

Por lo que si os apetece probar algo típico y castizo este puede ser vuestro lugar, eso sí, ¡no abuséis y luego a dar un paseito para hacer bien la digestión! 

Bon appétit!


(foto de: http:\\gallinejas-gabino.blogspot.com)

Melo’s Café Bar

23 Mar
En el barrio de Lavapies, calle Ave María se encuentra Melo’s Café Bar. El local no llama mucho la atención ni por su exterior ni interior, la fachada es sencilla, dentro cuenta con dos espacios uno para estar de pie en la barra o en en las paredes donde también hay barritas. Al fondo hay un segundo espacio con mesitas bajas y bancos para estar sentado, no hay camareros por lo que hay que pedir en barra.
 
En la barra hay dos muchachas a la plancha y freidoras, y un señor controlándolo todo que es un auténtico espectáculo, por como controla el solo todo el local y la memoria prodigiosa que tiene, con el local lleno hasta la puerta cada vez que iba alguien a pagar enumeraba todo lo que habían consumido, un espectáculo.
Fachada de Melo’s

Y vamos con la comida… Melo’s es famoso por dos cosas las croquetas y  las zapatillas.

Súper croquetas
 
Las croquetas suelen ser mencionadas siempre cuando se hablan de las mejores croquetas de Madrid. Son enormes, crujientes por fuera, suaves, cremosas y casi líquidas por dentro, de hecho hay que comerlas con tenedor pues al romperlas el relleno se sale, un auténtico gustazo. Se pueden pedir por raciones y también por unidades.
La zapatilla



La zapatilla es un enorme bocadillo (en la foto no se aprecia realmente el tamaño) de pan de hogaza hecho a la plancha relleno de lacón y queso de tetilla. El lacón lo pasan por la plancha así que el queso de tetilla se funde entre el calor del lacón y del pan. ¡Tremendo! Se puede pedir media o entera.
La carta no es muy extensa pero también ofrecen empanadillas, muy buenas por cierto, pimientos de padrón, que aún no los probé pero todo el mundo destaca, de hecho ellos son gallegos, y para beber todo regado con ribeiro de la casa servido en la taza tradicional para este caldo.

 

Mencionar que, el local se llena a tope, puede costar sangre, sudor y lágrimas acceder a la barra, tiene poca ventilación y sales de allí oliendo a comida… pero, en mi opinión, ¡merece la pena!


Bon appétit!

(fotos de: http://www.minube.com/rincon/restaurante-melos-a77128, http://lacuchara.es/ y http://www.vamonosdetapas.com)